Racing Club 3 - 0 Rosario Central
Por Mariano Bereznicki / La Capital
Dejó una magra imagen. Central se olvidó de hacer lo que debía. De plantarse y mostrarle su juego dinámico a este Racing, que se rige más por el capital marquetinero que lo sustenta en ofensiva que por lo que ofrece realmente desde lo deportivo a nivel colectivo. Anoche se alunó en Avellaneda. No entró en pánico en su debut, pero estuvo cerca. Cayó 3 a 0 y dejó sentado que con el capital que cuenta en la actualidad deberá convocar a una reunión interna para poder pegar un giro estratégico en breve si es que no desea quedar fuera de este gran sistema ya que otra vez quedó haciendo cornisa en la promoción.
O se adapta o termina marginado. O Cuffaro Russo y compañía pegan un golpe de timón o naufragarán en cuestión de semanas. Hay mucho por mejorar, está claro. Aunque en realidad lo de ayer no hizo más que evidenciar las falencias que venía exhibiendo el equipo en los dos últimos amistosos.
Central empezó siendo guapo en rodeo ajeno. Sorprendió a Racing con un libreto práctico. Pases cortos y llegadas por las bandas. En los primeros minutos generó chances pero las dilapidó. Lo tuvo Zelaya en dos claras ocasiones. El canalla era una invitación a soñar. Pero Racing fue creciendo y comenzó a copar la parada cuando Licht se encendió y se asoció al tridente integrado por Hauche, Bieler y Lugüercio. Ahí empezó la debacle auriazul.
A los 38’ llegó el principio del final. Lugüercio se sacó de encima a Chitzoff y se perfiló con toda su furia rumbo a Galíndez. Y, entrando al área, sacó el derechazo letal. En medio de la euforia local llegó el segundo. Centro de Licht, Cahais la peinó y Martínez, muy libre, metió un soberbio cabezazo a la red.
El complemento fue una extensión del final del primer período. Todo de Racing pese a la jugada aislada que protagonizó el canalla cuando Galíndez desperdició un tiro libre que lanzó al bulto .
Sobre el final, los pibes de Central padecieron la falta de experiencia y las notorias bajas con respecto al equipo que terminó el pasado torneo haciendo un destacado campeonato. Por eso no resultó extraño cuando Bieler capitalizó una jugada de Hauche, que le puso la puntada final a este preocupante debut canalla. Central jugó mal, se alunó en Avellaneda y cayó otra vez en promoción.
O se adapta o termina marginado. O Cuffaro Russo y compañía pegan un golpe de timón o naufragarán en cuestión de semanas. Hay mucho por mejorar, está claro. Aunque en realidad lo de ayer no hizo más que evidenciar las falencias que venía exhibiendo el equipo en los dos últimos amistosos.Central empezó siendo guapo en rodeo ajeno. Sorprendió a Racing con un libreto práctico. Pases cortos y llegadas por las bandas. En los primeros minutos generó chances pero las dilapidó. Lo tuvo Zelaya en dos claras ocasiones. El canalla era una invitación a soñar. Pero Racing fue creciendo y comenzó a copar la parada cuando Licht se encendió y se asoció al tridente integrado por Hauche, Bieler y Lugüercio. Ahí empezó la debacle auriazul.
A los 38’ llegó el principio del final. Lugüercio se sacó de encima a Chitzoff y se perfiló con toda su furia rumbo a Galíndez. Y, entrando al área, sacó el derechazo letal. En medio de la euforia local llegó el segundo. Centro de Licht, Cahais la peinó y Martínez, muy libre, metió un soberbio cabezazo a la red.
El complemento fue una extensión del final del primer período. Todo de Racing pese a la jugada aislada que protagonizó el canalla cuando Galíndez desperdició un tiro libre que lanzó al bulto .
Sobre el final, los pibes de Central padecieron la falta de experiencia y las notorias bajas con respecto al equipo que terminó el pasado torneo haciendo un destacado campeonato. Por eso no resultó extraño cuando Bieler capitalizó una jugada de Hauche, que le puso la puntada final a este preocupante debut canalla. Central jugó mal, se alunó en Avellaneda y cayó otra vez en promoción.
Fuente: La Capital
La gestión tuvo un avance casi decisivo cuando el técnico Cuffaro Russo conversó telefónicamente con el guardavalla. 